jueves, 10 de enero de 2013

LA TRISTE DESPEDIDA


Del 1 de Enero al 7 de enero de 2013

Después de Noche Vieja aprovechamos para cogernos un día libre e irnos a la ciudad a descansar.
Yo seguía jodido con las piedras del riñón, pero aún así, nos fuimos a ver el Safari Nocturno de Chiang Mai que es el más grande del mundo.
El parque es muy espectacular pero los animales nos decepcionaron. Sergio ha estado en el safari nocturno de Singapur y le encantó. En este no hay muchos animales y no es nada salvaje, es como un zoo, pero que te llevan en un cochecito eléctrico. Desde el cochecito puedes dar de comer a cebras, jirafas y elefantes pero está todo muy oscuro y casi no ves a los animales.
Lo que más nos gustó fue entrar a la jaula de los tigres y poder hacerte fotos con ellos.
 

Mirad este tigre blanco que pequeñito y que gracioso, como se tiraba a morderme el jodio...


El espectáculo de las fuentes es muy bonito, hacen un espectáculo con "Lady boys" y aprovechamos para hacernos unas fotillos con ellas.


Después del corto descanso en Chiang Mai nos subimos al orfanato. Estuvimos ayudando a Helmut a acabar la cocina que está haciendo para los niños pero como yo estaba cada vez más jodido, tuve que irme a la cama a descansar. Sergio ha currado mogollón y la verdad es que ha quedado bastante bien.

El jueves, a la vista de como estaba y del poco tiempo que nos quedaba en Tailandia, decidimos volver al hospital para que me viese el médico. El médico me hizo radiografias y vió que las piedras seguían ahí y me mandó un montón de pastillas y me dijo que quería verme el domingo antes de irnos a Laos para asegurarse que todo estaba bien y que podía viajar.

Estuve tomando 25 pastillas al día para ver si rompía las piedras y podía echarlas, me bebía hasta 9 litros de agua al día, pero ni con esas. La próxima semana nos vamos a Laos y allí los hospitales no son como en Tailandía, esperemos que antes de irme pueda echar las putas piedras porque como me de otro cólico nefrítico perdidos en un pueblucho de Laos, puedo morir allí mismo.

El viernes por la mañana vinieron unos monjes budistas al orfanato aprovechando que era nuestra fiesta de despedida. Hicieron una ceromonia budista para bendecirnos y echar a los espíritus, que dicen que hay en el orfanato.


La ceremonia acabó entregando a los monjes las ofrendas y ellos bendiciéndonos y poniéndonos la típica cuerda budista en la muñeca.


Por la tarde Sergio ayudó a Helmut a arreglar el sistema de riego y yo me fui a la cama ya que no podía más con el dolor. Si con la bendición de estos monjes echo las putas piedras os juro que me hago budista... jajaja

Por la noche hicimos la fiesta de despedida en el orfanato y estrenamos el nuevo horno de la cocina. Hicimos pizza y los niños disfrutaron como enanos haciéndola y por supuesto comiéndosela.


No dejaban de abrazarnos y decirnos que nos quedasemos un año, mirad cómo se abrazaban a Sergio, que penita Dios mío...
 

Después de la cena nos trajeron dibujos que hicieron para nosotros, nos dieron fotos suyas y empezó la llorera. No podíamos dejar de llorar con ellos abrazados a nosotros y encima nos hicieron un corro y empezaron a cantarnos una canción de despedida., buff que mal rato. Después de la llorera nos llevaron de la manita a nuestra habitación.

El sábado por la mañana estuvimos haciendo la maleta y les dejamos ropa nuestra que no íbamos a necesitar en nuestro viaje. Aún así vamos muy cargados y no va a ser fácil moverse por las ciudades con tanto peso.

A las cuatro vino nuestro coche para llevarnos a la Joy´s House y fue la despedida definitiva. De nuevo canciones de despedida, nos bailaron "Baby" por última vez y llorera descontrolada.
 

Hemos pasado 24 horas al día durante casi tres meses con ellos y les vamos a echar mucho de menos...Hasta hemos hablado con las fundadoras de la ONG por si podríamos adoptar a alguno, pero nos han dicho que es imposible. Ni siquiera tienen la nacionalidad tailandesa y sin papeles es imposible adoptarlos y má siendo una pareja gay.
 

Esta foto es desde el coche cuando nos despedían y nosotros no podíamos parar de llorar...


Les hemos prometido que volveremos, no podemos irnos y pensar que no les vamos a volver a ver nunca más.

Una vez en la Joy´s House, los niños más mayores nos hicieron una fiesta de despedida y de nuevo llorera...

Las dos fundadoras de la ONG nos dicen que somos muy especiales para los niños y que tenemos que volver. Estas son las dos fundadoras con nosotros en nuestra fiesta de despedida.


De estar dos días llorando y de la pena que teníamos encima no aguantábamos el dolor de cabeza y a las nueve tuvimos que irnos a la cama destrozados.

El domingo por la mañana volvimos al hospital, me hicieron pruebas y por fin había echado las piedras. De tanta agua y tantas pastillas debí de romper las piedras y no me di cuenta de que las echaba. Que bien, que ilusión, es la mejor noticia que nos podían dar. Por fin mañana empieza la segunda parte de nuestra aventura y vamos a poder hacerlo sin el miedo de que me vuelva a dar otro achuchón por un país tercer mundista.

Antes de irnos queríamos que los niños tuviesen algún recuerdo nuestro que pudiesen disfrutar y les hemos comprado una super tele de 40 pulgadas y se la hemos enviado al orfanato. Esta es la foto que nos mandaron con la tele y dándonos las gracias..



Como lo prometido es deuda y ya no tengo piedras nos hemos hecho budistas y hemos empezado rampándonos la cabeza. Ya nos veréis rápados en el siguiente capítulo.... jajaja

Tristes, pero ilusionados, empezamos nuestra andadura por el Sudeste Asiático.




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